Lo efímero de nuestro paso por la vida, de los logros, la salud, las relaciones, lo efímero de la alegría y la tristeza es una verdad espeluznante y fascinante al mismo tiempo, este fue el hecho que abarcó mi pensamiento estando sentada a orillas de la montaña cuando decidí afrontar este trabajo fotográfico.

Notando cómo coexisten en perfecta armonía: la belleza de niños jugando, el horror de la juventud banal, el arduo esfuerzo de trabajadores honestos y la tristeza de quienes no pueden vivir dignamente, todos en un mismo espacio, fue imposible abstenerme de fotografiarlo para recordar que todo lo bueno pasa y todo lo malo también.

Esta serie y la mayoría de mis trabajos fotográficos los realizo en blanco y negro y se enmarcan en el paisajismo con aires oníricos y sutiles incorporaciones del elemento humano, reflejando la belleza de lo que mis sentidos perciben, y si con ello, el espectador se identifica y siente acompañado en su estado anímico, habré logrado mi cometido.

Verónica Mejías B.